Si alguien la vuelve a ver, dígale que nunca dejé de escribirle, aunque mi alma se haya quedado sin tinta.

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sábado, 11 de marzo de 2017

A MARTA.

No entiendo tu prosa apalabrada
que susurras tan lejana,
no sé ni de donde dimana
y tampoco sé si es hablada.
Se esfuma de madrugada,
igual que se fue tu presencia
dejando a todos con la abstinencia
de tu dulce y tierna mirada.
Moras en esa encrucijada
de tu eterna adolescencia,
y sigue con esa infame anuencia
el mentiroso, el de la boca cerrada.
Con tristeza desmesurada,
con honda pena de consciencia,
con corazones en decadencia
y con almas perforadas;
con dolor en alboradas,
con la cruz de tu pronta ausencia,
con suplicio e impaciencia
por tenerte ya enterrada.


No adivino dónde fuiste arrojada,
no comprendo al que ya tiene sentencia,
ni tampoco entiendo la obediencia
ni a unos, a otros, solo se que no sé nada;
mas mientras no seas olvidada
mantendrás viva tu presencia
no habiendo ninguna indulgencia
hasta que seas encontrada.

Foto de Antena 3