Pongo
atenci贸n al viento,
que
rebosa por mi esquina,
como
una prosa lorquina,
s贸lo oigo tu silencio.
S贸lo
se escucha el lamento,
de
una puerta confundida,
un
rumor de despedida,
s贸lo oigo tu silencio.
Tu
voz ya no la siento,
ni
tu sonrisa perdida,
ni
tu aliento a escondidas,
s贸lo oigo tu silencio.
Los
d铆as pasan muy lentos,
s贸lo
siento tus heridas,
tus
palabras sorprendidas,
s贸lo oigo tu silencio.
Soy
un triste, y un sediento;
de
tu amor me siento pobre
y
sin que mi barca zozobre,
por
avatares del viento,
quiz谩s
el milagro se obre
y
solo quede por un momento;
el
silencio de tu nombre.
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