Me dijo la luna una noche...
cuando el ocaso admiraba,
que no encontró mi mirada
exhibiéndose en el porche.
Me dijo la luna una noche...
cuando soñaba en madrugada,
que aunque siempre me buscabas
nunca te hice sentir reproches.
Me dijo la luna una noche...
que por qué no me asomaba,
estaba deseando, me esperabas
antes que el día desabroche.
Y pasó la madrugada,
no encontraste visión alguna,
sentiste vergüenza mudada
al observarte tan pura;
tu cara se tornó irisada
y me dejaste en ayunas,
de nuevo arribas aforada
para enviarme unas runas
y así despedirte callada
de tu dulce eclipse de luna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario