Te observo
serena, adormilada
cuando clarea de
nuevo el día,
y me pregunto, lo
hago todavía
¿Cómo dibujas
esa sonrisa dorada?
Labios pintados, dulce mirada,
en mi alma
aflora fantasía;
me sigo
preguntando, una vez más, todavía…
Que cómo
dibujas esa sonrisa dorada.
No importa
donde el sol se ubicara,
ni si la luna
hace dormir al día;
me pregunto…
¿dónde tienes la alcancía?
en la que
guardas esa sonrisa dorada.
A veces…
Aunque el dolor
quiera que esté borrada,
con ella lo atacabas y lo vencías;
y la mañana, la
tarde y noche presidias
con esa dulce
sonrisa dorada.
Sonrisa…
Reflejo de guapa
probada
que destila mil poesías;
esa. que tiene
mi alma trabada
en sinfín de
algarabías,
a esa la quiero
yo acurrucada
hasta el final
de mis días.
Esa, que tuve
la corazonada,
esa, por la que mi corazón aplaudía;
esa que dejo
para siempre
a la soledad
que dormía.
Esa que está
enamorada,
que para todos
es simpatía;
suave, etérea,
dulce llamarada
que hasta al
sol se enamoraría.
No lo puedes
remediar (querida)
ninguna toxina tienes guardada,
eres así, durante todo
el día
con el que
sale, el que entra y aún quebrada…
Desbordas al mundo de luz y alegría
con tu radiante sonrisa dorada.
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