De mañana el sol conspira,
con la tierra y con la bruma,
acostándose con la luna
sin decir ni una mentira.
La mar en vaivén delira
día a día en su andadura
mil atalayas desmura
sin decir ni una mentira.
Viento suave que expira
en las esquinas oscuras,
haciendo mil diabluras
sin decir ni una mentira.
El fuego arde en la pira
“pa” que se quemen sin mesura
los yerbajos que perduran
sin decir ni una mentira.
El fuego arde en la pira
“pa” que se quemen sin mesura
los yerbajos que perduran
sin decir ni una mentira.
¿Dónde pasó la aduana
esa verdad infinita?
¿Quizá fue la manzana
o la serpiente maldita?
Ni Dios ni Diosa temprana
debieron hacer la herida,
el mundo fue quien mutara
con humanos que deliran;
a las verdades más puras
en un arrebato de desidias
en un arrebato de desidias
las trocaron con locura
en un fajo de mentiras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario