Calderos con las pociones
y un libro de mil hechizos...
Yo mis sentidos agudizo
oyendo lamentaciones.
¿Cuál es la más fea de
todas?
¿La que asusta a más
niños?
A esa le hago un guiño
montada sobre su escoba.
A usted bruja y señora,
a usted yo la designo,
no quiero faena de aliño,
no pretendo darle coba.
Solo sé que estoy “colgao”,
como si fuera ahora un
niño,
y me siento “dislocao”,
por todos lados rapiño,
por todos lados rapiño,
para pagarle un conjuro
que me sirva “pa” olvidar
todos los malos momentos,
que en mi vida fueron ya.
Una pócima de mil colores
que se lleve la maldad
y a mi alma que está en
vilo
la deje vivir en paz.
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