La oscuridad alumbra la tarde
que tus ojos ilumina,
una llama que fascina
y que en mi corazón arde.
A mi alma
no la embargues,
con tus
lágrimas que son cortinas
producidas por las espinas
de los hombres y sus alardes.
Quiero doblar la esquina
de este atril donde profeso…
estas mis letras de amor
que desde aquí yo te expreso.
Mas cierro el texto con dolor,
y a Ti
Madre mía, me acerco
pues de tus ojos estoy preso,
para posar subyugado una flor
con mis labios y en un beso.
Ya termina este rumor
de mis versos inconexos,
ya se duermen, y yo ceso,
y al final de todo, mi pasión
quiero que sea, solo eso;
unas palabras de amor
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