Luto en tu mirada serena
oteando el día que escapa,
anhelando por si atrapas
una cura para tu pena.
Negro cielo, taheña melena
que te abrigan con su capa
perlas llorosas, que te atan
y apaciguan tu condena.
Petillo oscuro de sirena,
dorado cabo que desata
esos labios de mujer guapa
que cierran una tarde plena.
Todo atisba un entre luces,
el sol a esconderse huye;
imploras para que alumbre
y sin alarmas lo recluyes
con tu preciosa fortuna
esos tus ojos de bruma;
mas el astro los rehúye
y se esconde en la laguna,
y el crepúsculo restituye
a la dulce luz de la luna.
Cuadro "LA TARDE" de mi amigo Ángel de Cáceres, inspirador del poema.
Cuadro "LA TARDE" de mi amigo Ángel de Cáceres, inspirador del poema.
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