Si alguien la vuelve a ver, dígale que nunca dejé de escribirle, aunque mi alma se haya quedado sin tinta.

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lunes, 17 de abril de 2017

BESO A MIS MADRES.

La oscuridad alumbra la tarde
que a tus ojos ilumina,
una llama que fascina
y que en mi corazón arde.
A mi alma no la embargues,
con tus lágrimas que son cortinas
producidas por las espinas
de los hombres y sus alardes.
Quiero doblar la esquina
de este atril donde profeso...
estas mis letras de amor
que desde aquí yo te expreso.
Mas cierro el texto con dolor,
y a Ti Madre mía, me acerco
pues de tus ojos estoy preso,
para posar subyugado una flor
con mis labios y en un beso.
Ya termina este rumor
de vocablos inconexos,
ya se duermen, y yo ceso,
y al final de todo, mi pasión
he querido que sea solo eso:
unas palabras de amor
reflejadas en un beso.

lunes, 3 de abril de 2017

¡SOLEÁ DAME LA MANO!



Acompañando al Santo Cristo
en Viacrucis penitencial,
me acercaba a tu morada
mas no podría imaginar
lo que yo allí me encontrara.

Pensé que estarías dormida,
o quizás semi desnuda
en una sacristía apagada;
supuse que estarías a oscuras
esperando ser ataviada.

Y miré hacia tu negra puerta,
volviendo hacia Tí mi rostro,
por donde más oscura es mi mirada,
nuestros ojos se miraron a un tiempo
mientras la luna saludaba callada.

Con paso corto me acerqué,
como los buenos pateros,
con mis ojos te besé
como hacen los luceros;
y lloré, una vez más, lloré,
rezando por todos los míos
como hacen los costaleros.
¡Ay Madre de verdad!
Si supieras, ¿o ya sabes?
¿Qué para cuando deba marchar
no tengo más que un anhelo?
Que me des la mano, Soledad,
y me lleves con tu Hijo al cielo.