Siempre es una aventura
contentar a tanta gente,
y aunque lo tengas presente
te traspone la cordura.
Y comienzas la andadura
con el teléfono enfrente,
con postura muy paciente
para encontrar la ricura.
Llamadas que son locura…
-Por favor, que soy cliente
¿no hay una mesa decente,
donde comer con mesura?
-Solo para dos si me apura,
-déjeme que le cuente,
tiene que ser excelente;
no me importa la factura.
Pero el azar siempre manda
ese amor que nunca miente,
“google” las páginas desanda
y un link nuevo se hace presente
que de momento se agranda.
Y llamo, y reservo
y aparco pronto, fácilmente
pero no creas que es una ganga
pues de lo que comas depende,
no obstante, una delicia la comanda,
el arroz y el servicio, ciertamente;
mas no lo obvies eternamente
y tómatelo con mucha calma
pues está en Sevilla, en la ciudad
y el restaurante se llama: A banda.
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