Si alguien la vuelve a ver, dígale que nunca dejé de escribirle, aunque mi alma se haya quedado sin tinta.

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miércoles, 25 de julio de 2018

COLOREAR MIS PENAS.

No sé ni donde naciste
ni por qué te conocí,
sólo sé que disipas la arena
en un lluvioso día de abril...
al colorear mis penas.

No sé en qué momento lo hiciste
ni por qué yo te escogí,
sólo sé que esfumas condenas
desde el día en que te vi...
al colorear mis penas.

No sé a qué hora apareciste
ni por qué  perfumas de alhelí,
sólo sé que mi alma serenas
con caricias de ajonjolí...
al colorear mis penas.

No sé por qué nunca exististe
o si solo vivías en mi dormir,
sólo sé que rompes cadenas
que obscurecen mi existir, 
y mis sentidos desordenan.
Por eso tengo que admitir...
Que desde Sevilla a Cartagena,
o de Huelva a Valladolid,
tu sonrisa me enajena
estoy alegre, soy feliz;
no puedo esperar mejor condena
ni que me la puedan inferir,
que vengas conmigo a vivir
“pa” colorear mis penas.


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