NO ME ENTRETENGAS.

¡Oh tristeza mía, no me entretengas!
¿Recuerdas cuando te acogía?
¿Cuando solo a tí escogía
y te reías tan contenta?

¡Oh tristeza mía, no me entretengas!
No me hagas mala cirugía;
no seas nunca más la vigía
según a tí bien te convenga.

¡Oh tristeza mía, no me entretengas!
Tiempo ha que me exigías
con esa tu artera dilogía
que mi felicidad detenga.

¡Oh tristeza mía, no me entretengas!
Me detuviste cuando al fin fulgía,
no destiles  malas arengas
no te acurruques en la celosía
te pido que te contengas.
¡Oh tristeza mía, no me entretengas!
No prolongues más esta agonía,
aunque te haga seguir contenta;
pues mi alma contra tí se erguiría
y desde ahora te prevenga:
¡Oh tristeza, tristeza mía!
¡Oh tristeza mía no me entretengas
que voy en busca de la alegría!

Foto de la página: mejorconsalud.com

LA MASCARILLA.

Es una vulgar e inerte esterilla
donde el virus sacude sus pies;
algunas de veinte euros compré
que vinieron desde la otra orilla.

De boca y nariz la cinturilla,
que desde marzo me apropié;
y después de mucho compré
aguantando mentirijillas.

Posada en tu cara cual mantilla
de lino verde o azul satén,
de colores, las de las dos Fpés
hacen para tus labios una sombrilla.

Difícil degustar la manzanilla,
y una cerveza, arduo es también;
labios vestidos de papel,
o liados cual delicadas figurillas.

Se asoman ojos como en mirilla
que en mi memoria no olvidaré,
esa gota de sudor que brilla
esa brisa que por poco soplé
ese perfume dulce de sarilla 
ese escudo con nombre de mujer.
¡Ay por Dios una mascarilla!
¿Sabes que te la tienes que poner?
Ah, y que no vaya a la alcantarilla
¡O LA VAMOS A TENER!

De la página de Carrefour.es

ME QUEDARÉ DORMIDO.

Ya tengo claramente asumido
que mi camino despacio acedaré
y no sé si tal vez recordaré
con mis dedos en temblor sumidos.

Alguna vez,  cuando esté deprimido
mi guitarra dulce descordaré
y a mi alma quizá desnudaré
para sentirme ya redimido.

Nunca fui un presumido
en algún rato me enfadaré,
o si no, simplemente olvidaré
para no emitir ningún gemido.

Se nublarán mis sentidos,
a mi destino afrontaré
aunque me sienta oprimido
siempre, mi amor, te amaré;
cuando vea el final temido
a tu alma me abrazaré
con mi cuerpo entumido,
de tí en momentos me acordaré
aunque ya no tenga mis sentidos
y en ese ocaso me quedaré
profundamente dormido.

Foto tomada de la página: elements.envato.com

NUEVA PRIORIDAD.

Pasó de nuevo el Carnaval,
los Reyes se fueron olvidando,
febrero se fue marchitando
y se atisbó una negra oscuridad.

Ni siquiera la dulce bondad
del azahar, suave y blanco
la felicidad fue despertando
no respirábamos con claridad.

No creo que fuese casualidad,
ni que naciera probando,
pero no pude ver desfilando
a mi Cristo de la Humildad.

Esa grande barbaridad
me restó de estar sollozando,
ese bendito Sábado Santo
en la recogida de mi Soledad.

Tenía como efímera prioridad
estar todo un año ahorrando,
para ser luego bailando
un dechado de habilidad.

Ni Sevilla, ni Sanlúcar, la verdad,
ni un rebujito con gente tomando;
solo del salón al cuarto saltando
para no perder la agilidad.

Ni camino, ni carreta, ni arenal
al Rocío tampoco voy rezando,
mas muy de vez en cuando 
canto sevillanas de Acebuchal.

Un año con poca variedad
en el balcón me estoy soleando
cuando sería la prioridad
estar en la playa nadando.
Fiestas patronales sin sonoridad,
y, cómo lo ando, necesitando
pero no hay inmunidad...
¿qué coño está pasando?
Ya he saltado a otra prioridad
otra ilusión voy coloreando,
solo quiero un poco disfrutar
y para eso me estoy preparando;
será otra gran fugacidad
aunque reciba el aguinaldo
por lo menos quisiera cantar en Navidad
los villancicos que estoy ensayando.
¡Ojalá! , ¡Ojalá!, ¡Ojalá!

Imagen de la página: proahorro.com