Si alguien la vuelve a ver, dígale que nunca dejé de escribirle, aunque mi alma se haya quedado sin tinta.

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miércoles, 20 de mayo de 2020

LA MASCARILLA.

Es una vulgar e inerte esterilla
donde el virus sacude sus pies;
algunas de veinte euros compré
que vinieron desde la otra orilla.

De boca y nariz la cinturilla,
que desde marzo me apropié;
y después de mucho compré
aguantando mentirijillas.

Posada en tu cara cual mantilla
de lino verde o azul satén,
de colores, las de las dos Fpés
hacen para tus labios una sombrilla.

Difícil degustar la manzanilla,
y una cerveza, arduo es también;
labios vestidos de papel,
o liados cual delicadas figurillas.

Se asoman ojos como en mirilla
que en mi memoria no olvidaré,
esa gota de sudor que brilla
esa brisa que por poco soplé
ese perfume dulce de sarilla 
ese escudo con nombre de mujer.
¡Ay por Dios una mascarilla!
¿Sabes que te la tienes que poner?
Ah, y que no vaya a la alcantarilla
¡O LA VAMOS A TENER!



De la página de Carrefour.es










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