El
ariete destroza las puertas heladas
que
mantuvo cerradas el invierno,
para
que el bravo toro, salga del averno
y
se perfume con flores recién cortadas.
Los
gemelos nacen a primavera esperada,
el
cangrejo hace despertar al verano,
el
león empieza, a no vivir días tan largos
y
la virginidad duerme su noche cerrada.
El
otoño equilibra con su recta balanza
la
picadura dolorosa del escorpión,
la
flecha del arquero destila un amor;
y,
mientras Caprino tirita, el invierno avanza.
Frío,
que el acuario a congelar no llega,
ya
que los peces nadan con calor,
y
los años siguen pasando sin pudor,
hasta
el adviento de la nueva primavera.
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