EL GUARDAESPALDAS.

Tu sueño a oscuras contemplo,

velando tu madrugada;

y tras la noche pasada

el sol abre un nuevo tiempo.

Quiero guardar tus besos,

vigilar tu sonrisa,

rozarte como una brisa,

y de tus ojos ser preso.

A tus manos atenderé

sintiendo sus caricias;

e impidiendo a la malicia

que se ocupe de tu ser.

Centinela siempre seré

para librarte de la parca;

vigilando también estaré 
como vigilan los guardas, 
hasta los cielos llegaré

y hasta seré tu giralda;

mi destino te dedicaré

y seré tu guardaespaldas.