de la prisión más oscura;
poco a poco, tu frescura
va inundando mi morada.
Sueño con luz de alborada
que aplaque siempre mi locura,
llueve la negra espesura
en esta noche callada.
Lloras luna maltratada
con rocío de dulces hechuras;
mas no inventes imposturas
en esta noche abandonada.
¡Ay luna!, luna cantada
por poetisas maduras,
que a las estrellas amadas
les hacen la manicura.
¡Ay luna!, luna callada
por los sueños, sin mesura
y a lo lejos te observara
como blanca miniatura.
¡Ay luna!, luna mía despistada
desde tu trono, en negra llanura;
mírame, mírame a la cara
y dime porqué esta hermosura
tiene mi alma enamorada.
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