Si alguien la vuelve a ver, dígale que nunca dejé de escribirle, aunque mi alma se haya quedado sin tinta.

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miércoles, 14 de marzo de 2018

DANIELA.


El vaivén de un cristal
me acerca un dulce aroma,
parece el café que asoma
y que lo ansía el personal.

Pared transparente sin cal
allá confluyen dos idiomas,
hogaza torrada se toma
empezando a despertar.

Fragancia de buen limpiar
Irina ya no se demora,
y revolotea cual paloma
trayéndonos un buen pan.

Desviviéndose por atender
dos hermanos se desvelan;
violines y flautas, Daniel;
sirve y va recogiendo ella;
y en eso se dejan la piel;
con ayuda  en la cafetera
nos preparan un  buen café;
en avenida de Hytasa era
donde yo mismo los encontré
en CAFETERÍA DANIELA.

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