Pensaba muy a menudo
cuántos fueron mis fracasos
y les iba dando un repaso,
a ratos quedaba mudo.
Sentía un dolor agudo
cuando notaba el rechazo
si me apretaban el puyazo
me cubría con mi escudo.
Me negaron el saludo
eso ya colmaba el vaso,
mas recibí algunos abrazos
que me fueron cojonudos.
Todo tendrá un final
yo seguiré por mis pasos,
sin cesar nunca de andar
y aunque yazca en mi descanso
la semilla brotará,
ya no habrá más engaños
y lucirá la verdad
sea a veces con retraso
el proverbio árabe será real:
¡Cada sol tiene su ocaso!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario