Arribó
un día la fiebre arrocera
a la
Puebla del Río y a la Isla;
navegó
por siempre en la marisma
como
bou de la lejana Albufera.
Graznidos
de garzas y cigüeñas,
compás
“pa” jornaleros con carisma,
entregando
ahí su vida entera
en
los días y noches de cosecha.
El
agua engendró una mañana
a mil
brotes verdes que nacían
anhelando
el sol de alba temprana;
diminutas
perlas que florecían
respirando
el agua de Doñana
como
sudor íntegro del día a día.
Debe ser.una maravilla ver esos brotes a contraluz en el atardecer marismeño. Gracias J.M.
ResponderEliminarGracias a tí
EliminarLa exposición estará activa hasta el 26 de Marzo en la Casa de la Provincia de Sevilla.Por si quieres ver alguno de esos contraluces a los que haces referencia. Un saludo.
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