Si alguien la vuelve a ver, dígale que nunca dejé de escribirle, aunque mi alma se haya quedado sin tinta.

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jueves, 22 de agosto de 2019

FLAUTISTA DE CELESTES ALAS.

Celestes alas de mariposa
cual colibrí muy ufano,
arribaste a mi pantano
tras una velada golosa.

Como en la Hamelin hermosa
en un río repleto de humanos;
tú, con tus tenues manos
tomas una flauta exitosa.

Corcheas y fusas deliciosas
surgen en céfiro liviano
con tu aire campechano
y esa melodía medrosa.

¡Oh libélula prodigiosa!
Con flautín verde y galano,
te permites ser ambiciosa
silbando sones gitanos
revoloteando decorosa.
¡Oh libélula prodigiosa!
Apiádate del ser humano,
no seas tan recelosa,
imponle castigos livianos
ya que serás mucho más dichosa
siendo un zapatero artesano
con celestes alas de mariposa.

Poema inspirado en esta foto de mi amiga Bego Sánchez.



jueves, 15 de agosto de 2019

LA LUNA NO RECORDABA...

La luna, no recordaba...
cómo era tu salida,
cuando se agazapaba el día
en un alba casi olvidada.

La luna no recordaba...
a la Soledad de anochecida,
con la noche ya desvestida
y a su ventana asomada.

La luna, no recordaba...
cómo era tu partida,
solo en tardes desvaídas
cuando las nubes lloraban.

La luna hacía tiempo que no recordaba...
porque a esas horas, ya estabas dormida,
como fulguraba tu llanto, Madre elegida,
y tu resplandor en la plaza de madrugada.

La luna hacía tiempo que no recordaba...
pues Ella, vive entre tinieblas y el día,
ya no la recuerdas en noche cerrada,
no ves su Luz a la oscuridad prendida.


Debió ser en estas fechas jubiladas
donde la Señora pudo a la adversidad
apagando a la luna loca y enamorada
de Tu eterna y dulce luminosidad;
todos fuimos a tu carmesí morada
queriendo al Jubileo atrapar
y Tú allí siempre aguardabas
como este sábado nos vas a esperar.
Madre, tengo una corazonada
por la que hoy quiero rezar...
Como si a diario fueras paseada
no nos abandones nunca ¡Madre de la Soledad!