Si alguien la vuelve a ver, dígale que nunca dejé de escribirle, aunque mi alma se haya quedado sin tinta.

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jueves, 30 de abril de 2020

CANCIONES PERDIDAS.

Mi memoria está confundida
quizá algún día te mencione,
y quizá también te perdone
y me relama las heridas.

Mi alma se oculta agredida
cuando el poeta compone,
cuando la música no desentone
en esa canción tan jodida.

En una realidad confundida
ramos de notas se disponen
para que mi ego se ilusione
con una alegría desmedida.

El obtuso eco me abandone
con sus fusas escondidas,
y mis sienes no presionen
esas tus melodías urdidas;
no estoy falto de razones
para gritar sin medida:
"pa" que mi vida no jalones
con intensas sacudidas,
para que no me obsesiones
"pa" que mi fuerza no sea rendida
cuando suenen esas canciones
esas tus canciones perdidas.


Foto de la página: salondemusicos.org





viernes, 24 de abril de 2020

AHORA NO TENGO MIEDO.

Bien que soy un humilde aedo
triste enemigo de la falsedad
mas solo puedo recordar...
Aunque eso me de miedo.

Ninguna licencia te concedo
y que me puedas acobardar
con tu maltrato, sin piedad...
Aunque eso me de miedo.

Nunca me importó un bledo
esperar sentado, aguardar,
y de vez en cuando, recordar...
Aunque eso me de miedo.

Es con lo que me quedo
y no me quiero enfadar;
fuiste fruto de mis desvelos,
siempre quisiste enlerdar,
perdiéndome en un pinedo
dijiste, volveré no más tardar
y me olvidaste con un velo,
este que me voy a quitar
y con el que ahora te vedo;
por delante va mi verdad
y ahora sí, no tengo miedo.



Foto de Religión digital.org






sábado, 11 de abril de 2020

HERMANOS COSTALEROS.


Vosotros hermanos costaleros
que de las imágenes sois pies,
vais rezando con amor y fe
con un dulce vaivén de costeros.

Vosotros hermanos costaleros
del hoy, del mañana, del ayer;
gracias, muchas gracias por defender
la verdad de nuestros abuelos.

Vosotros hermanos costaleros
que camináis casi sin ver
con una mecida queréis romper
de la Santa Madre el desconsuelo.

A vosotros hermanos costaleros...
¡Ojalá pudiera yo alguna vez,
aunque ya poco puedo ver
ser capataz de vuestros desvelos!

¡A vosotros hermanos costaleros!
¡A vosotros quiero enardecer!
Y con mis letras quisiera ser:
de vuestro andar, el casero,
de vuestras penas,el consuelo;
y con el martillo un día poder,
cual si fuera ilustre caballero,
con Su venia poderos enaltecer...
!Oh hermanos costaleros!
A la Madre dulcemente rogaré
"pa" cuando el alma no tenga anhelos,
"pa" cuando Dios os mande volver;
sonaré el aldabón postrero...
¿Estamos puestos? ¡A esta es!
¡Llévalos con Tu Hijo al cielo!

Foto tomada de la página Costal en Twiter.








MADRE DE ETERNIDAD.

En Marquesa del Saltillo me remuevo
se descerraja mi ansiedad;
¡Vienes otra vez a mí, Soledad,
despierta la tarde de mis desvelos. 

A San Pedro, presto llego
Madre Angustias, líbranos del mal; 
y San Eustaquio  atisbo con brevedad
volando por la "callejilla del Cuerno".

A los amores de mi corazón protejo,
en San Vicente, donde vuelvo a rezar;
y a veces hasta mis ojos saben llorar
recordando cada año a mis abuelos.

Esquina de Refugio de San Bernardo,
añoranzas de mi hermano, el capataz,
enfilando abajo, enhiesta, la calle Real,
camino del Porche donde afloran mis anhelos.

La Parroquia  arropada de azahar,
de oraciones, de duros desconsuelos,
me acerco al Monumento y me atrevo
a pedir por los que portan la enfermedad.

Arribas a la Plaza de la Humildad
navegando en un mar de naranjos viejos,
y mi madre espera para buscar Tu consuelo,
con lágrimas escondidas tras un cristal.

Calle Abades, un suspiro, levedad,
ya la noche oscurece  el cielo
besas a Jesús del Huerto, el del madero
y dibujas lentamente otra "revirá".

Antes de la Paloma, Madre Soledad,
en los Abastos de nuevo me desvelo;
mi padre, se hace presente, le pido consejo...
mas me entristece su exigüidad.

Por la ladera del Porche de la amistad,
a mi calle, donde a media noche, te espero
arropado, envuelto por un negro cielo
cuando atisbo a lo lejos Tu Verdad.

Esquina de la taberna, del bar
a mis hijos quiero abrazar de nuevo,
sin parar cada suspiro  de orar,
a mi amor abrazo, a mi amor amelo
contra mi pecho, en esa realidad.
Por los míos, por los tuyos, voy a rezar
por los injustos con los que me solevo,
por los que marcharon de aquí al cielo
por los que se mantienen en la impiedad.
A la orquesta en la calle me afielo...
¡Lágrimas, como cada año, llorad!
Con una saeta no me atrevo,
¡Ay si mi hijo la pudiera cantar!...
Una oración por los enfermeros,
por los médicos de esta verdad,
por las que limpian con esmero,
por quien trabaja para alimentar,
por la soldado, por el bombero,
por el policía y por el que es local,
a todos ellos me refiero
al hablarte Madre mía,
Madre de la Soledad.
Un Sábado Santo muere de nuevo
para como siempre resucitar;
resucitemos agarrados a Tu pañuelo
Madre de la Soledad.
Este sábado, nos devora el desconsuelo,
nos machaca el alma sin piedad,
todo lo que he vivido no es más que un sueño
un sueño de inmortalidad;
pero la vida es eterna, por eso espero...
Porque eres Madre de  eternidad
y siempre, siempre se puede empezar de nuevo.


Todo siempre puede empeazar de nuevo.
















jueves, 9 de abril de 2020

SE CAYÓ LA ESPERANZA DE ISA.


Se asomaba triste a la ventana
hace tiempo que ya sabía
que la "madrugá" se caería
sin despuntar ni de mañana.

Tres caídas tiene Él, tres y malsanas
a los que Lo ven, su vello eriza
derrotado, humillado, de esa guisa
abriendo surcos de dura besana.

Una piedra,  una cruz como mesana;
nuestra luz, nuestra premisa,
aunque a veces la Fe sea omisa
en esta ajetreada vida cotidiana.

Se que ella no es Tu paisana
se que no encuentra tu sonrisa,
se que desde el puente no divisa
esa preciosa cara de gitana.

Se que eres su guía cotidiana
aunque la vida pase tan deprisa...
que una madruga le requisas
a la Rosa que más deseaba.

Puede que la banda no sonara
y dejara el puente de esa guisa,
mas el agua del río, tan cortesana
esperará a otro año, fría, lisa...

Dulce gloria, dulce Virgen diocesana,
cruz en ristre, paz sumisa,
cuando suene la diana
no te des ya mucha prisa,
pues Ella quedará junto a San Ana,
se oirá a lo lejos una misa;
y una oración triste, muy lejana;
será el Ave María de mi dulce Isa
a su morena  Esperanza de Triana.



Foto de su página del facebook.

Foto de ABC de Sevilla