y con su fuerza aviejada
se acurruca cobijada
a esperar paciente la muerte.
Efímera vida de labor fuerte,
por las corolas cortejada;
ahora, con tus alas deshojadas
suspiras para abstraerte.
¿Cuánta vida hay que deberte?
¿Cuánta desde tu celda enrejada?
Que a cada rato es sajada
para robos de miel inherentes.
Sigo soñando con tenerte
mas tu vida está ya ajada,
tal vez el mundo despierte
para que no seas más vejada.
Quizá tus vástagos durmientes
vuelen a libar flores sonrojadas;
quizá tal vez la gente despierte
para que no te sientas dañada;
quizá alguien pronto se alerte
de que no debes ser olvidada:
La lluvia en el panal revierte
calando a obreras olvidadas,
dejando a sus cuerpos inertes
con su delicada ropa (alas) mojada.
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Foto extraída de: lavanguardia.com |
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