Tú que pecaste alguna vez
¿Te diste cuenta de lo hecho?
Infringiste daño a una mujer
y mancillaste su lecho.
¿Te diste cuenta de lo hecho?
Infringiste daño a una mujer
y mancillaste su lecho.
Ella no podía comprender
siempre estabas al acecho,
tenia el cuerpo maltrecho
y mucho miedo a correr.
Imponías siempre tu poder
mostrando tu infamante pecho
y siempre sacando provecho
rapiñando por doquier.
Reías en su desnudez
de su dolor y despecho,
imponías tu poder
y nunca eras satisfecho.
Su alma quedó en aridez,
y su amor insatisfecho;
ya no la puedes retener,
por eso dijo con desprecio:
Jamás seré tu juez
tanto, tanto te aborrezco
que sea el mismo Lucifer
el que juzgue tus tormentos.