Una sombra a veces maldita
que en tu corazón tañía
y sin desearlo la repelías
cual enfermedad maldita.
que en tu corazón tañía
y sin desearlo la repelías
cual enfermedad maldita.
Unas rimas mal escritas
ofuscaban a la poesía,
no más, el recuerdo dolía
con indolencia inaudita.
De pronto murió la maldita
mitigando agonías,
el corazón de nuevo bullía
con alegría gratuita.
A lo lejos en la ermita
donde el alma no gemía
una sensación bendita
a la tristeza abolía;
la hice mi favorita
regresó la alegría
sin muro que la delimita,
si pudiera bailaría
sobre mar de margaritas
y por fin se cumpliría
la leyenda reescrita...
El fuego más ardía,
y el alma se tornó infinita,
por fin ya dormía
pues en la pira ya crepita
por siempre la melancolía.
por fin ya dormía
pues en la pira ya crepita
por siempre la melancolía.
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