Una vida de amor exenta
aún viviendo en la misma plaza;
no, ella no era de otra raza
solo no la tenían en cuenta.
aún viviendo en la misma plaza;
no, ella no era de otra raza
solo no la tenían en cuenta.
A veces, edades cruentas
nunca libres de amenazas,
cariño de papel de estraza
con vagas caricias violentas.
Ella lo sabe y lo intenta
ese falso querer rechaza,
entonces va y se disfraza
y a su destino se enfrenta.
Y se siente feliz, contenta
al colocarse la coraza,
esa que detiene afrentas,
esa que ya no la coarta;
y otra vez lo pretenda
y a su careta se abraza
para soportar la tormenta.
Y allá arriba en la terraza
por si acaso lo intenta,
preparará una barcaza
con remeros, unos treinta
y una nave de calabaza
para dejar de ser Cenicienta.
Foto extraída de la página: pinterest.dk |
👏👏👏😍😍😘😘😘
ResponderEliminarGraciass
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