Bienvenida indecisa,
iluminando ojos tristes
de la pena que desiste,
si respiran tu sonrisa.
De perfume llegaron brisas
y sin querer aturdiste,
mechones de pelo meciste,
mas yo sentí tu sonrisa
De tus ojos son cornisas
pestañas que adormeciste,
pero siempre compusiste
al compás de tu sonrisa.
Si necesitas curar almas,
firma siempre de esa guisa,
yo te lo he de pedir:
receta un poco de esa sonrisa
para evadir mucho sufrir.
Pero hazlo sin mucha prisa
o lo tendré otra vez que decir:
Me ha encantado tu sonrisa...
¿Me la puedes repetir?
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