Si alguien la vuelve a ver, dígale que nunca dejé de escribirle, aunque mi alma se haya quedado sin tinta.

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martes, 9 de abril de 2013

UNA CACHAVA.

Como si fuera un buen amigo,
en el que apoyas tu amistad
y que, con toda humildad,
te servirá siempre de abrigo.

Como si fueras peregrino,
en un largo y duro caminar
a través de mugre y suciedad,
a ella te agarras con sentido.

Como el aceite de ricino,
“pa” el que te quiera dañar,
una somanta le puedes dar
sintiéndote defendido.

Cachava, cayado, bastón;
para apoyar tu vejez postrera.
Ella siempre te ayudará
e irá en tu delantera
marcándote los pasos a dar
y haciéndote siempre la vida
un poco más llevadera.




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