Como si fuera un buen
amigo,
en el que apoyas tu
amistad
y que, con toda humildad,
te servirá siempre de
abrigo.
Como si fueras peregrino,
en un largo y duro caminar
a través de mugre y
suciedad,
a ella te agarras con
sentido.
Como el aceite de ricino,
“pa” el que te quiera
dañar,
una somanta le puedes dar
sintiéndote defendido.
Cachava, cayado, bastón;
para apoyar tu vejez
postrera.
Ella siempre te ayudará
e irá en tu delantera
marcándote los pasos a dar
y haciéndote siempre la
vida
un poco más llevadera.
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