Pegada a ti desde siempre,
a tu lado te acompaña,
-cual si fuera una maraña-
imperecederamente.
Una llega muy paciente,
sonándote como extraña,
mas te hunde y te daña...
¡Mala sombra, obviamente!
Otra te trae la suerte,
de buenas cosas te baña,
te libra de las carrañas...
¡Buena, evidentemente!
Pero yo busco una sombra
que me lleve en su corriente,
que me llene con su luz,
que venga siempre de frente,
que me coja de la mano,
que a mi lado se durmiese,
que sienta un amor profano
y que en la boca me bese.
Esa sombra serás tú
hasta el día de mi muerte.
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