No sería muy peculiar
escribir cosas de amor,
mas tengo tanto terror
que prefiero divagar.
Perderme en la melancolía
y con palabras jugar
hasta el sol del mediodía.
Mi corazón tiene alas
listas para volar,
pero está en una jaula
sin puerta, sin ventanal.
Alguien algún día vendrá
y pagará la bula
y estaré en libertad,
como cuando mi mente
fabula.
Mi pluma no tiene tinta:
escribe con corazón.
Mas, cuando tiene ocasión,
el plumín hace una finta,
se deriva a otra pasión
y entonces entra en el
juego
la posible sinrazón.
Si no lo tienes, lo
imploras,
aunque solo sea un rumor.
Si lo tienes, lo deploras,
y tampoco lo valoras;
mas, si lo diluyes en
pasión,
al final te encuentras
sola,
sin deseo y sin amor.
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