Desde que empiezas a mamar
miras con ojos de niño
y te tratan con cariño,
pues no vayas a llorar.
Caretas para estudiar
y reírte del maestro;
y si luego bien la
adiestro,
una máscara será.
Una máscara para charlar
en debates con amigos
y, al luchar con enemigos,
máscaras para rezar.
Máscaras para tratar
con compañeros, con hijos,
con tu pareja, contigo.
Máscaras para no hablar.
Por eso lo digo claro,
y de ello no me retracto,
que la profesión más
elegida
es la de actor de teatro
porque todos en la vida
actuamos y actuamos.
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