Antes de que el día abroche
una esencia se asoma
tras el crepúsculo, en su loma
sin dejar ningún reproche.
El firmamento oscuro la oye
y con su dulce luz lo croma;
va diciendo en mil idiomas
que desperezará al trasnoche.
Y abre su flor, vaya derroche
cual las alas de una paloma,
para que el aire se enjoye
al pasar esa hora nona
derribando fantoches.
Amor que ate maromas
y que al hedor zaboye
tiene el nombre de dama
y el perfume de la noche.
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