¿Dónde estás querido abuelo?
Hoy estoy tan abatido...
Que tengo el corazón partido
y a tus consejos apelo.
Mi alma está en el suelo
soy tan, tan dolido
que mi amor se ha evadido
viviendo en pleno duelo.
No me restan más pañuelos,
mi sonrisa se ha dormido,
existencia mía sin sentido
y desprovista de anhelos.
No serás más mi señuelo
ni mi calor consentido,
ni causarás ese revuelo
con esos tus ojos queridos
que me hacían volar al cielo.
No sé, me siento perdido
hundido en negro cieno,
con un halo tan desvaído...
No sé qué puedo hacer abuelo...
Ella se ha marchado, se ha ido
dejándome sin consuelo.
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