BARRA DE LABIOS.

Pincel de una sonrisa

que recortas comisuras,

y abocas con dulzura

al color que me esclaviza.

Coloretes ribeteados

que tenuemente iluminan

esa boca que me mima,

esos labios delicados.

Las mejillas se sonrojan

sellándolas en un saludo;

de un rojo carmesí puro

coloradas se desbordan.

Quiero sentir su olor
en ese beso acercado,
quiero tener su color

en mis labios reflejado;

quiero notar su sabor

por mi boca degustado, 
quiero recibir tu dulzor 
como niño enamorado;
y todo esto lo digo,mi amor,

porque te quiero demasiado.

BESOS.

Tu madre posa en tu frente,

como caricia callada,

sus labios de madrugada

por si perdura tu fiebre.

En primer amor soñado,

de la niña que enamoras

también recibe tu boca

ese beso deseado.

A quien se va para el cielo

doy un beso con ternura

y también salvo una vida

besándola en el suelo.

De respeto y  en la mano,

en la mejilla y saludas,

como saludó un tal Judas

en la era de romanos.

Pero, sin lugar a dudas,

el que te trasmite calor,

el que al juntar los labios,

te impregna de su dulzura,

el que no puedes olvidar,

aunque la vida consumas,

es ese beso de amor

que se lo das a quien quieras,

porque un beso de amor

no se le da a un cualquiera.

ESPERANZA.

Ya entiendo cómo desplazas

unos malos pensamientos

o momentos de tormento,

degustando a boca llena

el sabor de la esperanza.

Ya comprendo cómo abrazas

a la vida y seguir viviendo

al amor y seguir queriendo,

degustando a boca llena

el sabor de la esperanza.

Por una ventana abierta pasa

el aire que has renovado,

el perfume deseado,

degustando a boca llena

el sabor de la esperanza.

Esperanza de colores,

esperanza con amores,

esperanza con amigos

y también con enemigos;

esperanza es el testigo

que alumbrará mi camino.

Para todo aquel que sienta

que le maldice el destino

o que está, como se dice,

en la pena muy sumido

y le falta la templanza,

todo tiene su remedio:

degustar a boca llena

el sabor de la esperanza.

TUS OJOS.

Bendición de Dios

como otras miles de cosas

el poder de distinguir

entre el carbón y las rosas

Dos cristales de mil espejos

que te acercan lo de enfrente,

lo de lejos, lo de al lado

y lo dibujan en tu mente.

Fuentes con las tristezas

y con grandes alegrías;

lienzo de un maquillaje

con toldos por bulerías.

Miradas sin más cerrojos

verdes, violetas, negros, 

azules como el mar que añoro;

y unas pestañas que apresan

los canelas, que son mi antojo.

¡Qué bonitos! ¡Cuánto dicen, 

si soslayan de reojo!

¡Cuánto dicen cuando miran, 

ese lindo par de ojos!

LA TELEVISIÓN.

Mil colores en una ventana

- que se maneja con un dedo -

para la que nada está feo

de la noche a la mañana.

Enemiga de los estudios,

de la charla con los hijos,

de la relación con tu pareja

y de tu educación, fijo.

Cuando estaba en el limbo,

las tertulias resurgían;

había mucho más amor

y, por ende, hasta más niños.

Vistió de negro y de blanco,

con una gran gama de grises;

los colores, más matices

delimitados por un mando.

Ahora hay cable, TDT y analogía

con muchos y más canales.

¿De qué sirve tanta tele,

si nunca podrás ver todo

lo que por esa caja sale?

UN MASAJE.

Patinando van mis manos

suaves por tu dulce dorso

y mis dedos por tus hombros

ya se deslizan callados.

Con óleo blanco perfumado

que inspiro con mucha calma,

voy acariciando tu espalda

hasta con los ojos cerrados.

Por la nuca, por el cuello,

poco a poco en un suspiro,

mis yemas besan con mimo

para no mancillar tu pelo.

¿Qué más puede hacer un masaje,

cuando el placer inunde tu cuerpo?
¿Qué más puede mostrar un masaje, 
tan antiguo como el tiempo?
¿Y qué puede insinuar un masaje,
con la suavidad del terciopelo?

¿Qué más podrá susurrar un masaje?...

Pues con el morse de mis dedos

escribiría un mensaje

en el que solo diga “¡Te quiero!”.

MIRADAS.

Una mirada de dulzura

“paque” se aplaquen los vientos;

una mirada de ternura

para expresar lo que siento;

una mirada, otra mirada

revisando mis adentros.

Una mirada “pa” un lado

“pa” producir sufrimiento;

una mirada a otro amor,

la base de mi tormento;

una mirada, otra mirada

revisando mis adentros.

Con tu mirada furtiva,

afloran mis sentimientos;

con tu mirada lasciva,

rebosa mi firmamento;

una mirada, otra mirada

revisando mis adentros.

Miradas, miradas,

miradas y más miradas;

¿sabes, cariño, lo que yo siento?

Que después de tantas miradas,

deja alguna, vida mía,

para mirarte a ti por dentro.

QUIERO SER MUJER.

Eres un recuerdo,

fuiste un bello sueño “pa” mi.

Eres como un fuego

que ahora ya está muerto por fin.

Fuiste fugaz dueño

de mis sentimientos por ti.

Sin tu amor,

se quedó mudo el cantor

y ya no tiemblan mis manos

cuando escucho tu voz.

Quiero ser

de nuevo una mujer,

respirar otros besos

que recorran mi piel.

Sin tu amor,

voló mi alma de gorrión;

se marchó con tus mentiras

la fragancia de tu olor.

Quiero ser

de nuevo una mujer

y sentir otras manos

que acaricien mi piel.

Y abriré mi ventana

para que entre la luz

y estará hecha mi cama,

aunque no estés mañana

para hacerla tú.

PUEDE SER QUE ALGUNA VEZ.

Jugaste con mi destino

y burlaste mi inocencia,

has colmado mi paciencia

al pisarme en el camino.

Ya no soy tu niña guapa

después de tan pocos años

es el carmín de otros labios

el que acaricia tu boca.

Si te pierdes de mi vera,

yo me estoy volviendo loca;

si te pierdes de mi vera

y no “pueo” sentir tu boca,

en besos de primavera

con fragancia de una rosa.

Regresas de madrugada,

te despides con la aurora,

y mi alma ya no llora,

aunque esté enamorada.

Y vacía está mi alcoba

de tu aroma y tu calor

y en tu piel hay un olor

mi perfume no es ahora.

No te vayas de mi “lao”,

no destroces mi alegría,

no te vayas de mi “lao”,

porque puede ser que un día

te acuerdes de tu “pasao”

y sufras tu cobardía.

Canción compuesta para mi amiga Maty.

SI ME ROBARAS EL ALMA.

Si tú quisieras,

estaría esperando tras de la puerta

cada mañana.

Si tú quisieras,

tendría puesto un tiesto de flores

en mi ventana,

que llame a voces con sones dulces

de una guitarra,

si tú quisieras.

Viviría siempre a tu vera,

como el sol y la primavera,

como la arena y el mar,

si tú quisieras.

Como una mariposa

vuela en el aire en calma,

sería tu piedra preciosa

si me robaras el alma.

Si tú quisieras,

sería “pa” siempre tu buena amiga,

tu compañera.

Si tú quisieras,

en mi mente mi amor por ti

no tendrá fronteras.

Serían eternos unos minutos

de corta espera,

si tú quisieras.

                                                        

Viviría un bello sueño

acariciando tu pelo,

como la brisa al jazmín

si tú quisieras.

Como una blanca gaviota

vuela en la mar en calma,

sería tu piedra preciosa

si me robaras el alma. 

Canción compuesta para mi amiga Maty, podéis escucharla aquí abajo.

ERES TÚ.

Eres cielo de la aurora

que diviso al despertar,

un río de nubes blancas

que navegan sobre el mar,

una fuente de alegría,

el bálsamo de un pesar.

Soy un barco a la deriva

sin puerto donde atracar,

soy goleta sin grumete

perdida en la tempestad.

¡Pobre poeta sin futuro

nadando en el lodazal!

Eres espuma de sueños

que acarician mi ilusión,

la musa de mis versos

que alegran mi sinrazón,

eres sol de la mañana

que ilumina mi rubor.

Sin ti el cielo sería negro

y negro mi corazón,

una vida sin sentido

desprovista de un amor,

sin tí no sería posible

el final de esta canción;
eres la gloria bendita, 
eres poema de luz, 
eres una y mil citas...

Eres, sólo eres, eres tú.

LA PERSA.

Párpados unidos y laminados

que se abren por la mañana

y van cerrando por la noche

los ojazos de tu ventana.

Listones de madera

de tinte verde carruaje,

o el rizado de una estera

del color del camuflaje.

Te esconde del fuerte sol

y de la lluvia mojada;

te refresca del calor

y en la siesta, te relaja.

Ella siempre ha de estar

como a tí te venga en gana,

en pos de una cortina,

detrás de una ventana,
ya sea blanca, de metal,
marrón, o de color avellana;
lo mejor que has de tener
y lo digo en buena gana,
"pa" protegerte de todo

es muy simple: una persiana.

LAS ALMORRANAS.

Antaño, cuando eras niño,

esa calor te corroía.

Te pasaba si corrías

o si apretabas, era fijo.

Te raspaba todo el día

abrasándote en su alijo.

Alijo de venas gordas

que no dejan de inflamarse,

aunque no puedas sentarte

si no le pones pomada.

Gruesas estarán inertes,

obstruyéndote calladas.

Roja sangre mancharás

a un papel blanco impoluto

al limpiarte, “cacho bruto”,

si empujas al restregar.

UNA DUCHA.

Catarata de líquido cristal
que mana de un azulejo
y repiquetea en el suelo
hasta que te decides a entrar.

Te resbala por las sienes
y patina por tu pecho;
tu cuerpo se hace lecho
donde la humedad retienes.

Perfume de jazmines
y espuma blanca de mar,
cierro los ojos al mirar
esa música de querubines.

Es repiqueteo celestial
esa lluvia tan diferente,
paz difícil de encontrar
desde los pies a la frente;
caliente si estás fría,
fría si estoy caliente:
dos estados de una ducha
que me relajan la mente.