Mil colores en una ventana
- que se maneja con un dedo -
para la que nada está feo
de la noche a la mañana.
Enemiga de los estudios,
de la charla con los hijos,
de la relación con tu pareja
y de tu educación, fijo.
Cuando estaba en el limbo,
las tertulias resurgían;
había mucho más amor
y, por ende, hasta más niños.
Vistió de negro y de blanco,
con una gran gama de grises;
los colores, más matices
delimitados por un mando.
Ahora hay cable, TDT y analogía
con muchos y más canales.
¿De qué sirve tanta tele,
si nunca podrás ver todo
lo que por esa caja sale?
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