Si alguien la vuelve a ver, dígale que nunca dejé de escribirle, aunque mi alma se haya quedado sin tinta.

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lunes, 4 de febrero de 2013

UNA DUCHA.


Catarata de líquido cristal
que mana de un azulejo
y repiquetea en el suelo
hasta que te decides a entrar.

Te resbala por las sienes
y patina por tu pecho;
tu cuerpo se hace lecho
donde la humedad retienes.

Perfume de jazmines
y espuma blanca de mar,
cierro los ojos al mirar
esa música de querubines.

Es repiqueteo celestial
esa lluvia tan diferente,
paz difícil de encontrar
desde los pies a la frente;
caliente si estás fría,
fría si estoy caliente:
dos estados de una ducha
que me relajan la mente.

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