Si alguien la vuelve a ver, dígale que nunca dejé de escribirle, aunque mi alma se haya quedado sin tinta.

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domingo, 15 de septiembre de 2019

LA MURALLA Y LA PIEDRA.

De piedras color canela
con jaras verde romero,
nido y calor en invierno
para un “puñao” de mochuelos.

Raída en más de mil años
hoy renace pequeñita
dándole cobijo al alma
de una antigua Mezquita.

Leo en su cara la historia
aunque esté siglos dormida.
En tiempos no tan lejanos
disfrutaba de propia vida.

Era estandarte y fortaleza,
era corona de la colina;
arropaba a un minarete
que de Sanlúcar es el vigía.

Paredes nacen en su cara,
piedras posadas en el suelo,
donde la Redención fue clavada,
quizá fuera mi bisabuelo
quien lo enterrara de nuevo,
y su Madre de las Angustias
lloraba ese mismo duelo,
consolada por la muralla cristiana

de mi Barrio de San Pedro.




De mi exaltación a la Virgen de las Angustias 2019.

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