Miro abajo, la calle se hace oscura
nazarenos pocos, mas con verdad,
mi alma se impregna de soledad
en una recogida que se augura.
Noche húmeda se asegura
madrugada triste en mi ciudad
no se atisba la claridad
que proclama tu hermosura.
En sus caras, siempre dulzura,
calle abajo, ese es su afán
pues se sospecha el desmán
que más arriba es tu guapura.
Tu hijo jamás lo censura…
¡Es tan difícil eso de amar!
Que cuando doblas la cintura
de Marín Feria, en tu altar,
se desborda la locura,
empezando a “cangrejear”
lo más
profundo de la bulla.
Un sinfín de criaturas
que se afanan por mirar,
y ese veneno sin cura
que es tu manera de andar.
Costaleros sin fisuras
a la voz del capataz,
candeleros que fulguran
con silencio y claridad
dando luz a tu figura.
Ya todo es luminosidad,
el incienso me acalora,
¡Al cielo “tos”
por igual!
¡Angustias, Reina, qué locura!
Aquí todos te procuran
y más abajo, soledad.
De mi exaltación a la Virgen de las Angustias 2019.
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