¡Qué suerte la de concebir a Jesús!
¿María, dime tú bella Señora
a éste que aquí te implora?
¿Qué se siente al engendrar la
luz?
Y perdónanos a nosotros, Madre,
por ser nuestra su muerte en la Cruz.
María, Dios te salve
llena de gracia Tú eres;
bendita porque Dios quiere,
y bendito es Tu Fruto, Madre,
María de la Concepción,
bendito es el fruto de Tu Vientre
nuestro maestro Jesús.
Acompañan a Tu andar señero
campanillas al compás de la
“mecía”,
palio de brisa y dorada celosía,
con perfume de nardo, de cielo,
de gladiolo y de clavel, María
en pos de Tu Hijo y un madero.
Subiendo vas el camino y lloras,
recorres tu calvario Virgen morena
y no hay nadie quien te ayude con
tu pena
por eso Concepción ahora…
¡Sanlúcar Te acoge plena
para ser tu Cirineo, Señora!.
De mi Pregón de Semana Santa de 1992.
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Foto de D. Eugenio Borrego Páez de la página de facebbok de la Hermandad. |
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