Cascada de caoba repujada
hace canasta para tu monte de lirios
al trasluz tenue de los cirios
y ahogado por tu cintura quebrada,
resurge el travesaño de la Cruz
de penas e injurias soportadas.
Cirineo de ojos grandes ofuscados…
¿A quién buscas entre la gente con esmero?
¿Es que no tiene bastante Jesús Nazareno
con arrastrar la Cruz de nuestros pecados?
¿O quieres que cada día te ayudemos?
para hacerle el calvario más liviano?
El amor de tu mirada agónica
inundando tu calvario sanluqueño fue,
y para mitigar tu inmensa sed
y tus fatigas casi crónicas,
Sanlúcar te alivia con su fe
y el paño de la Verónica.
Y cuando la brisa de la “madrugá”
cale a los que esperan, su cuerpo;
tus costaleros Señor, con paso quieto
subirán su calvario de una “chicotá”…
¡Y una marcha que rompe!
¡Y una garganta que supera la “toná”!
¡Y el Jueves Santo se hace más largo
para escucharla cantar!
hace canasta para tu monte de lirios
al trasluz tenue de los cirios
y ahogado por tu cintura quebrada,
resurge el travesaño de la Cruz
de penas e injurias soportadas.
¿A quién buscas entre la gente con esmero?
¿Es que no tiene bastante Jesús Nazareno
con arrastrar la Cruz de nuestros pecados?
¿O quieres que cada día te ayudemos?
para hacerle el calvario más liviano?
inundando tu calvario sanluqueño fue,
y para mitigar tu inmensa sed
y tus fatigas casi crónicas,
Sanlúcar te alivia con su fe
y el paño de la Verónica.
cale a los que esperan, su cuerpo;
tus costaleros Señor, con paso quieto
subirán su calvario de una “chicotá”…
¡Y una marcha que rompe!
¡Y una garganta que supera la “toná”!
¡Y el Jueves Santo se hace más largo
para escucharla cantar!
(c) De mi Pregón de Semana Santa de Sanlúcar la Mayor de 1992.
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